Otra vuelta de tuerca - Henry James #Lectura 243

Otra vuelta de tuerca Henry James Siruela Ficción 184 27 de febrero de 2015 Adquirir aquí

¿Qué puede hacer una institutriz, sola en un aislado caserón, para proteger a sus dos pupilos del lento acoso de los fantasmas? Nos hallamos ante uno de los mejores argumentos de la literatura moderna.
Se ha dicho que encierra un aviso de la presencia del mal más allá de toda imaginación, una refinadísima historia sobre los inconvenientes de la bondad, una metáfora de la escritura. Tal vez las interpretaciones sean infinitas...

Esta semana no pensaba subir nada al blog. Desde que cada vez me busco más compromisos, el grado superior, el voluntariado, casi no me ha dado tiempo a leer nada esta semana pasada. Menos mal, que anoche tuve un momento de relax y casi me zampo el libro del que apenas tenía unas cuantas páginas. Vamos que no estoy en un bloqueo lector, sino en una falta de tiempo.

Hoy os traigo un clásico, porque tengo entradas sin subir de hace mucho tiempo, y mira, aprovechando, pues la subo.

No suelo leer clásicos tan clásicos ¿por qué? pues porque normalmente suelo leer por placer y sobre la marcha, aunque reconozco que cuando leo un libro como el que he leído reconozco que disfrutar, no se si he disfrutado excesivamente de él, pero aprender he aprendido mucho a nivel literario.

No es una novela amena, no para mi. Estoy acostumbrada a leer de unos cinco años para aquí una estructura de libros que para nada se parece a este libro. Es una cosa que ya de entrada me ha llamado la atención. ¿Estoy diciendo que el libro es malo? Para nada, la trama es buena, el cuento de la institutriz es brutal, pero también en el lenguaje he notado, pues eso, que es un clásico. Ha habido momentos, que por mi tipo de lecturas, me ha costado leer y he tenido que volver hacia atrás, aún así sigo pensando que es un buen libro.

He visto muchas ediciones de este libro pero bueno, yo cogí la edición de Siruela que era la que tenía unlimited y mejor me vino para leer en el hospital (imaginaros de cuando es la reseña). Quizás no sea la portada muy llamativa pero si es una portada que genera ya ambiente de terrorcillo.

La trama, da lugar a que va a ser un libro de terror, y bueno, yo para el terror soy muy exigente, pero si puedo decir que para algunas personas es posible que prefieran leerlo de día, pero para mi me ha podido más la ansiedad de la historia de saber que es lo que iba a pasar que terror en si, pero el miedo es muy subjetivo.

No es realmente la sinopsis fiel al libro. El libro trata de una reunión de amigos en la que uno de ellos se ofrece a contar una historia terrorífica que a su vez le había sido entregada por otra persona. Y es así como comienza la narración de la historia de la institutriz.

Se hace muy amena la lectura ya que es un relato corto y, a la vez, una novela larga.

Como curiosidad de la novela es que nos encontramos con tres narradores en la historia. El primero que inicia la historia y la sitúa en el espacio y tiempo, el segundo que es uno de los asistentes que va a contar la historia y el tercero que es la propia voz del manuscrito, que hace que el lector se mantenga en una posición expectante y activa.

La novela se estructura en un Prólogo, una introducción, 24 capítulos y un epílogo.

Consejo que os daría es que no leyerais el prólogo porque aunque os mete de lleno en lo que vais a leer creo que es un spoiler de todo lo que vamos a leer, no se si es que a mi me gusta que me sorprendan más, pero no me gusta que me den tantos datos de lo que voy a leer.

Luego la novela es fantástica en cuanto a juegos de tiempos, de ir al presente al pasado, de ubicación y de hilar de una manera sublime toda acción.

Concluyendo, es un clásico que merece la pena leer, por la historia, por su narración y por lo que me ha enseñado y lo que me ha hecho sentir el ser narrado por cada interlocutor en su momento. Ha hecho que en todo momento te sientas dentro de la historia y como he mencionado que hasta te genere ansiedad de saber que es lo que pasa en ese caserón o con los niños.

Henry James (1843-1916), junto con su hermano William, recibió una esmerada educación europea. Estudió Derecho en la Universidad de Harvard, pero abandonó la carrera para dedicarse por completo a la literatura. En 1882, tras la muerte de sus padres, fijó su residencia en Londres. Cultivó la novela, el ensayo, el teatro y los relatos.