




La llamada de su padre obliga a Miguel a truncar sus planes de verano junto a Teresa y sus amigos para afrontar un futuro al lado de su abuelo Antonio. Al frente de plantaciones de café y cacao de Guinea, deberá hacer frente a los problemas causados por unos trabajadores rebeldes, empeñados en la expulsión de los colonos del territorio africano. Su experiencia en ese lugar le permitirá vivir aventuras propias de su edad adolescente acompañado de Luis y Marta, nativos de los que no podrá desprenderse.