Rubén
como yo apenas te conozco 😊, ya que no lo has contando
tú, no lo voy a contar yo… prefiero que te
presentes tú, que nos dirías sobre ti
Hola a
todos. Me llamo Rubén Sánchez, tengo la nada despreciable cantidad de 39 años,
cada vez más canas y las estanterías repletas de libros. Lo que, unido a mi
afición por viajar, me concede una perspectiva bastante completa de este asunto
que es la vida.
¿Cuándo
se te pasa por la cabeza escribir una novela?
Decir que
empecé escribiendo relatos parecerá una obviedad, pero así fue. Antes de nadar
hay que chapotear; además, cuando era más joven participé en algún concurso
literario infantil y colaboré en el periódico de la Escuela Nacional de Policía
cuando estudiaba allí. Escribir una novela es como hacerlo sobre una historia
concreta: tiene su momento en la vida. Ese momento llegó cuando una de las
múltiples ideas que germinaban en mi cabeza cogió suficiente fuerza. Fue, como
suele decirse, la fase de inspiración. El 99 % restante es transpiración,
entendida como obligarse a una sacrificada rutina diaria, fruto de la cual,
tras dos años y medio, surgió `Hadas con tacones afilados´.
Corrígeme
si me equivoco, la escribiste siendo inspector de la UIP. Explícanos en qué
consiste esa unidad y cómo pudiste escribir, trabajar y llevar la familia todo
a la vez.
Las
unidades de intervención policial, pese a ser conocidas por la ciudadanía como
“antidisturbios”, desempeñan muchísimas otras tareas: protección de
personalidades, actuación en grandes catástrofes, etc... Es un trabajo
apasionante, pero también absorbe la práctica totalidad de tu tiempo. En
relación a la sacrificada rutina de la que hablaba antes, escribí mi primera
novela robándole tiempo al sueño, al deporte y a otros momentos de ocio (jamás
al trabajo). Por otra parte, dado que en las UU.I.P. se viaja gran parte del
año, me acostumbré a escribir en habitaciones de hotel.
¿Qué
tal la experiencia de escribir esa primera novela?
Igual
que cualquier otra que demande constancia, sacrificio y esfuerzo: dura cuando
la acometes, salpicada de momentos de desánimo e indescriptiblemente
gratificante cuando la terminas. Al hacerlo te das cuenta de que has aprendido
muchas cosas: a escribir un poco mejor, conocimientos relacionados con las
materias sobre las que te documentas, pero ante todo sobre ti mismo.
¿En
cuanto a publicar con editorial?
Mi
historia es idéntica a la de tantos escritores noveles: la mayoría de las
editoriales a las que envié el manuscrito de mi primera novela ni siquiera
respondieron. Pero esto funciona así. Conocía las dificultades, aunque tenía
que intentarlo. De modo que opté por la autopublicación. Bien es cierto que no
esperaba la difusión y las críticas que tuvo el libro, que en general han sido
muy positivas. Incluso alguna editorial independiente me escribió para decirme
que la habían leído, una vez publicada, y le había gustado mucho.
Ahora
que he terminado el manuscrito de mi segunda novela estoy inmerso de nuevo en
la procelosa tarea de buscar una editorial que apueste por mi trabajo. En ello
ando, con la misma ilusión y empeño; y lo consiga o no, mi historia verá la luz
de un modo u otro.
Hay
mucho de ti en esa novela, por mucha ficción que sea… ¿pero que hay realmente
de ti?
Dejamos
nuestro rastro en aquellos lugares que visitamos, en lo que decimos y en lo que
hacemos. Por supuesto, también en lo que escribimos. Es una huella existencial
tan involuntaria como delatora. Nadie se libra de eso. Pero también considero
que, cuando pules tanto una historia, también lo haces con aquellas partes
tuyas que depositas. Con esto quiero decir que mis novelas no son en absoluto
autobiográficas ni retratan a nadie en particular –salvo que tenga la intención
de hacerlo—. Otra cosa es que en ella haya tics o dejes míos que quienes me
conocen detectan con más rapidez que quienes no. Siempre hay un fondo de verdad,
pero no necesariamente de fidelidad. En cualquier caso, me gusta hacer mías las
palabras de Juan Carlos Onetti: “Escribir es mentir bien la verdad”.
¿Con
qué te quedarías, con que parte o escena de la novela o personaje y por qué?
Cuando
uno tiene hijos supongo que le gustan sus ojitos, sus labios, sus manitas, su
pelo, etc. En cada página de `Hadas con tacones afilados´ hay muchas horas de
escritura, infinitos borrones, meses de documentación y asesoramiento... No soy
la persona adecuada para decirlo. Prefiero que sea el lector el que lo decida
y, sobre todo, lo disfrute.
¿Por
qué nos recomendarías esta novela? ¿Qué tiene?
Insistiría
en el final de mi respuesta a la pregunta anterior: que sea el lector quien lo
decida. Pero ya puestos, creo que `´Hadas con tacones afilados´ es una novela
poliédrica: hay una investigación criminal que cabalga de una manera realista a
lomos de procedimientos policiales reales, una trama de celos, infidelidades y
amor, una descarnada historia humana con la que muchísimos lectores se sentirán
identificados y que, lógicamente, no voy a destripar aquí para que les golpee
con toda su fuerza; también en sus páginas podrán encontrar una retrato crítico
del papel de los medios de comunicación y, por supuesto, no podemos olvidar el
choque que se produce a lo largo de la historia entre la ciencia, la religión y
las pseudociencias.
Sé
que hay por ahí otro proyecto tuyo, cuéntanos
Acabo de terminar la corrección del manuscrito de mi
segunda novela. Se titula `La melodía de las balas´, y narra la historia de
Jon, un ex miembro de ETA que, desaparecida la banda terrorista, se gana la
vida como sicario. Pero también posee una curiosa virtud: es un consumado
pianista de jazz. Jon viaja a Valencia en plenas Fallas para cometer un
asesinato motivado por una venganza familiar; sin embargo, todo se torcerá de
un modo insospechado. En esta novela, que transcurre entre Valencia, Colombia y
Venezuela, hay realismo, violencia, jazz, pasión, sexo, corrupción policial y
militar, niños sicarios y una cruda visión de la condición humana.
¿Qué
piensas de la importancia de la relación entre blogueros y autores? ¿Es
beneficioso o puede llegar a perjudicar?
Escribir
es desnudarse ante un espejo. Publicar, hacerlo ante todos, con todo lo que
implica. Desde que vio la luz mi primera novela, la comunicación con lectores,
blogueros, periodistas y otros escritores no solo va en aumento, sino que me
resulta verdaderamente satisfactoria.
Recomiéndanos
un libro que no sea el tuyo.
Uf,
tantos... El lirismo realista de Delibes en `El camino´, la dureza de Vargas
Llosa en `Lituma en los Andes´, la sagacidad vengativa de Justin Scott en ´El
cazador de barcos´... La lista sería interminable. Lo dije antes: cada historia
tiene su momento; a lo largo del día, de una etapa o de toda la vida.
Un
autor
De
entre los clásicos, cualquiera de los anteriores. De los nuevos rostros, me
gustó la fuerza del inspector Marcial Lisón y el modo tan especial en el que
resolvió su novela `Muertes de sobremesa´ el escritor David Jimenes “El Tito”.
Una
película
Recientemente
he descubierto `Begin again´, una película que narra el encuentro entre un
productor musical fracasado y una compositora emergente cuya vida se derrumba.
Toda una alegoría sobre la negativa a rendirse ante la desesperanza. Algo que
debemos tener muy presente los escritores noveles.
Un
lugar para perderte…
Todas
y cada una de vuestras bibliotecas. Y si cualquiera de mis novelas vive alguna
vez en vuestras estanterías, ya ni os cuento...
Para
despedirte, dinos cualquier cosa que no te hayamos preguntado y quieras
decirnos.
Solo
agradeceros la atención y el cariño que me habéis regalado y desearos una larga
vida literaria. Las letras siempre merecen la pena.
Gracias
Rubén, por haber sacado un poquito de tu tiempo para mi blog y sus seguidores,
e invitado estás para cuando la segunda novela vea la luz.